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viernes, 25 de enero de 2013

KIT: desarme y (sin)sabores



KIT: desarme y (sin)sabores


Desarmar:
Quitar o hacer entregar a una persona, a un cuerpo o a una plaza las armas que tiene.
Dejar a alguien incapaz de replicar o reaccionar.
Desunir, separar las piezas de que se compone algo, como un reloj, una escopeta, una máquina, un artificio, etc.
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Michel Lotito es el nombre de quien creía mito urbano; el hombre que se comió un avión y 18 bicicletas.
Cómo se puede comer lo indigerible? Como se traga el metal, el plástico, la goma, si no es desarmándolo? Lo imposible aparece como viable cuando se piensa en la división en casi eternos pedacitos ínfimos de cada material; así como los olores son trozos mínimos de la materia que los expele, así mismo imagino a Lotito, partiendo en millones y millones de pedazos el avión, decidiendo, según un extraño orden de antojos, qué pieza atacar primero y con qué bocado terminar cada día de duro trabajo alimenticio. Dos años se supone que demoró en comer el avión. Broken Voyage dura 21 minutos y 9 segundos.

El paso del tiempo, la cantidad de bandas de un mismo estilo, la reiteración de cierto sonido y la saturación por sobreexposición pueden terminar matando y mutando totalmente la apreciación que se tiene de un género musical; el cariño se va, o bien, no basta con el cariño. Las sensaciones de escucha cada vez menos novedosas han hecho de ciertos estilos una masa intragable, una bomba de almidón que no cabe por ninguna parte. No porque sean géneros difíciles de escuchar, sino porque agotan y de pronto ya no entregan ninguna emoción, ninguna sensación, ningún mensaje, ninguna cosa de ningún tipo. Así me parece, al menos, que ha pasado con el post rock, con el emo, con el hard core, entre muchos otros. Y me parece, también, que para que ciertas ideas musicales, con sus formas, mensajes, colores, sean recuperadas, es necesario el desarme.

Kit no hace algo particularmente digerible, a diferencia de Lotito, pero sí desarma para transformar, tomando elementos del emo, del hard core, del punk, del ‘lo fi’ (que no es un género sino mas bien una sonoridad), de la electrónica y la ‘música del mundo’ y, armándose de mantras propios, repitiendo melodías, repitiendo frases y repitiendo movimientos, generan temblorcitos.

Particularmente en este disco se pueden escuchar baterías saturadas, muchos juegos stereo, gritos sucios y de vez en cuando una sonoridad de ‘ensayo’ que confunde y desorienta. Sobretodo llama la atención ese juego que se hace con la mezcla del disco, eligiendo colores y tratamientos específicos y particulares para cada instrumento, como tomados aisladamente, pensando en distintos estilos y épocas; las voces suenan a veces más a punk, a veces más a pop, a veces suenan a gritos tribales y por un lado y por el otro; así mismo, la batería suena cerca y después lejos, trasladándose la clasificación y la ubicación física de este disco a cada track.

Broken voyage es punk por pedacitos y eso genera, a su escucha, la sensación de un universo sonoro super gigante y super barato, a veces aleatorio, a veces más cuidado, con evoluciones y desastres.

Sí, también se puede clasificar como raro, contemporáneo, experimental, pero mejor llamar a esto desarme, mejor tragar bicicletas.

P.
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KIT- Broken voyage (2007)

[Vuelve la Canción Protesta]

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